Caracterización de la población migrante venezolana asentada en el corregimiento de la Boquilla

Abstract

Teniendo en cuenta que el mundo, a lo largo de su historia ha comprendido diversas situaciones que crean fenómenos y desembocan hechos de gran envergadura podemos evidenciar en cada parte de la historia un legado del transcurrir y el “avance” de la sociedad. Como lo es la migración, en la cual una persona o grupo de personas se trasladan a través de fronteras administrativas o políticas, que desean establecerse, definitiva o temporalmente, en un lugar distinto a su lugar de origen. Podemos migrar ya sea para buscar una vida mejor, por políticas laborales y migratorias de los países de destino, conflictos políticos, la degradación del medio ambiente o mejores empleos en el mundo desarrollado. El mundo globalizado ha acelerado estas migraciones internacionales. Cada día hay más migrantes cruzando fronteras, buscando oportunidades o huyendo de las calamidades. Podemos decir que este fenómeno es casi inherente a la condición humana, pues, al igual que las especies animales, los hombres se movilizan cuando sus entornos son amenazantes, cuando existen carencias o cuando sus necesidades materiales y espirituales varían y requieren nuevos espacios. Lo que sí está claro con el fenómeno migratorio es que repercute en los diversos aspectos de la vida de las personas que emigran y de quienes reciben en sus territorios a los migrantes, como es el caso del corregimiento de la Boquilla, que es uno de los tantos lugares en Colombia en los que este fenómeno se ha ido presentando a lo largo de los últimos años, debido a que la población venezolana está siendo productora de una enorme migración, por la condición de su país dando pie a grandes reestructuraciones en el corregimiento de la Boquilla en los años 2017 y 2018, en la cual se ha asentado una importante parte de la población migrante venezolana, lo que ha traído consigo importantes consecuencias de gran envergadura.