Efectos morfológicos, fisiológicos e inmunológicos se encuentran relacionados a enfermedades de transmisión sexual

Abstract

La salud sexual, es definida por la Organización Mundial de la Saludo (OMS) como un estado de bienestar físico, mental y social que guarda una estrecha relación con la sexualidad (1), ha sido un tema de gran interés en numerosos estudios a nivel mundial debido a la presencia de distintos factores que pueden llegar a afectarla; dentro de estos, siendo uno de los más prevalentes debido a su contracción, cada día, por más de un millón de personas encontramos a las enfermedades de transmisión sexual (1, 2, 3). Estas han sido asociadas a alrededor de 30 virus, bacterias y parásitos que, según se sabe, se transmiten por contacto sexual (1,4). Dentro de los virus causantes de estas afecciones se pueden destacar el virus del papiloma humano, el virus causante de hepatitis b, el virus de Epstein Barr y el virus del herpes simple tipo 1. Sin embargo, también se ha destacado que las enfermedades auotinmunes comprenden y juegan un papel importante y esencial que pueden producir y generar enfermedades degenerativas progresivas que llegan a comprometer la vida del paciente. Este tipo de respuesta inmune puede ser órgano especificas o sistémicas, dependiendo el número de tejido u órganos afectados (5). Estos agentes y afecciones pueden llegar a producir daños a diferentes órganos, y sistemas lo que compete con la salud sexual y reproductiva llegando a causar úlceras genitales caracterizadas por su gran heterogeneidad clínica y etiológica, conllevando irregularidades en la función sexual en personas del sexo masculino con síndrome antifosfolípido primario con episodios previos de trombosis arterial, los cuales a pesar de tener análisis seminales normales, presentando irregularidades morfofisiológicas, disfunción eréctil asociada particularmente a un valor reducido en la circunferencia peneana (6-7).